Fuga de vecinos del Aragón oriental a Cataluña por el servicio de salud

Se empadronan en la vecina comunidad para garantizarse una asistencia sin trabas

Los problemas de asistencia en Cataluña a los pacientes aragoneses de zonas limítrofes están provocando una fuga de habitantes para empadronarse en la vecina comunidad y conseguir así la tarjeta sanitaria catalana que les asegure una atención sin trabas. Algunos municipios aragoneses la cifran entre un 10 y un 15%. HUESCA. Los problemas de asistencia de los pacientes aragoneses que por proximidad acuden a hospitales de Lérida están provocando una fuga de habitantes a Cataluña desde las comarcas limítrofes. Las bajas en el padrón para inscribirse en la vecina comunidad y conseguir la tarjeta sanitaria catalana empiezan a ser alarmantes. Algunos municipios las cifran en un 10% y hasta un 15%, y aseguran que «a este paso nos vamos a quedar sin gente».

El fenómeno se da especialmente en las comarcas de la Litera, la Ribagorza y el Bajo Cinca, en la provincia de Huesca, donde viven 52.000 de los más de 60.000 aragoneses que por cercanía utilizan hospitales de otras comunidades, pero también se está notando en localidades de Teruel atendidas desde Valencia.

Según los alcaldes consultados, los convenios firmados por la DGA no se están respetando. Los sistemas sanitarios, que miran con lupa el gasto, ponen desde hace dos años más trabas a quienes están empadronados en otras comunidades. A los ayuntamientos y a los facultativos de atención primaria de Aragón les llegan cada vez más quejas de pacientes que siempre han ido a Cataluña pero que ahora son derivados a hospitales de Barbastro, Huesca o Zaragoza.

Ocurre, por ejemplo, en Sopeira, una localidad de la Ribagorza de 110 habitantes que ha tenido 15 bajas en un año. «El convenio sanitario se está rompiendo, ya no es tan fácil ir a Tremp o a Lérida. Mientras los políticos de uno y otro lado no se pongan de acuerdo, al que marean es al abuelo de 80 años que tiene que operarse de rodilla», declaró José María Ariño. La atención en el Hospital de Barbastro es buena, precisó, «pero tenemos más cerca Cataluña».

El pediatra, a 10 o a 40 minutos

El padrón de Bonansa también ha bajado, un 10% en año y medio por este déficit asistencial. «Hay gente mayor que vive aquí y está empadronada con familiares en Lérida. Y parejas jóvenes con hijos en las que el padre o la madre se inscriben fuera con el niño porque el pediatra de Pont de Suert está a 10 minutos y el de Castejón de Sos, a 40», explicó su alcalde, Marcelino Iglesias Cuartero. Para comprar las medicinas también van a la provincia de Lérida, lo que ha generado otro problema porque los pensionistas no pueden recuperar el copago desde la implantación de la receta electrónica, ya que los sistemas de las dos comunidades no se cruzan los datos.

Puente de Montañana, con parte del casco urbano en Aragón y parte en Cataluña y 130 vecinos, ha perdido en un año a 10. «Lo malo no son solo los que se han ido sino los que dicen que, sintiéndolo mucho, lo van a hacer porque tienen piso o un familiar en Lérida». Su alcalde, Javier Bergua, reprochó a las instituciones catalanas que se preocupen «de mantener la lengua que compartimos, pero no los servicios. En esto vamos para atrás».

Los afectados lo tienen claro. «Yo quiero ir al hospital de Lérida. Tengo a mi familia y hay un coche de línea que nos deja muy bien. Pero para ir a Huesca la combinación del autobús es muy mala», se justificó Consuelo Hermoso, una vecina de Puente de Montañana que ya lleva varios años empadronada en Cataluña.

El Instituto Nacional de Estadística no tiene datos oficiales, pues en las bajas del padrón no se hacen constar los motivos, aclaró el director de la oficina de Huesca, Gabriel López. Sin embargo, en los pueblos pequeños, los alcaldes los conocen. El de Castillonroy, en la Litera, no ha tenido fugas hasta ahora, «pero esta semana una vecina que está embarazada me ha dicho que seguramente inscribirá al niño en el pueblo del padre para tener la tarjeta sanitaria catalana». Antonio Fondevila dijo que informará al consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, quien en diciembre de 2011 ya se reunió con alcaldes de las tres comarcas porque, a pesar del acuerdo suscrito un mes antes con la Generalitat, se negaban pruebas, tratamientos y operaciones en el hospital Arnau Vilanova de Lérida para remitir a los pacientes a Barbastro. «Nos dijo que le comunicáramos cualquier caso anómalo y así lo haré», dijo Fondevila, asegurando que sabe, por experiencia, que «en algunas especialidades del Arnau no hay problemas, ni en las urgencias, pero en otras te tienes que escuchar que, si estás empadronado en Aragón, por qué vas a Cataluña».

Las fugas se dan sobre todo en localidades que, por ser más pequeñas, están peor comunicadas. Fraga no las ha detectado, mientras que Benabarre o Tamarite de Litera, aunque no tienen bajas significativas, sí denuncian el incumplimiento del convenio. «Los alcaldes lo comentamos y, por lo que sé, en los pueblos pequeños está habiendo muchas desde que la asistencia se ha resentido», comentó el de Tamarite, Francisco Mateo. Alfredo Sancho, el de Benabarre, advirtió de que «hay médicos de cabecera que ya no te mandan a Lérida, según a qué pruebas o a qué especialistas».

«Siempre de palabra»

El departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón ha vuelto a insistir en que el convenio con Cataluña sigue vigente. No hay quejas oficiales, aseguró, y animó a los afectados a dirigirse a los servicios de atención al paciente si se les niega un tratamiento.

Pero los facultativos sí las escuchan. Las trabas se ponen, dicen, a nivel particular, en determinados servicios y «siempre de palabra, nunca por escrito». Según el coordinador del centro de salud de Benabarre, Francisco Javier Citoler, siempre que se comunica una incidencia interviene la gerencia del Salud, habla con el organismo homólogo catalán «y se soluciona, justificando que ha sido un malentendido». «Hasta ahora se han resuelto, pero es cierto que aquellos pacientes con más facilidades porque tienen familia optan por empadronarse en Cataluña». Así, aclaró, resuelven un problema pero generan otro, ya que dejan de tener tarjeta sanitaria aragonesa cuando la mayor parte del tiempo viven aquí.

HERALDO DE ARAGON. EDICIÓ PAPER DIUMENGE  8 DE SETEMBRE DE 2013